La crisis sanitaria provocada por el coronavirus ha obligado a muchas empresas a implementar el teletrabajo ‘forzado’ a muchos de sus empleados durante meses. Los trabajadores nos hemos tenido que acostumbrar en un tiempo récord a trabajar desde nuestros hogares (con todos los retos que ello supone), y nos hemos hecho inseparables de ciertas herramientas de teletrabajo como las videollamadas. Pero con el fin de la desescalada y la entrada en la nueva normalidad, los edificios de oficinas ya están preparados para recibir de nuevo a sus trabajadores de forma progresiva y completamente segura, cumpliendo los más estrictos protocolos de seguridad.
Esta vuelta al trabajo presencial supone para muchos trabajadores un reto en cuento a su salud emocional se refiere: el miedo al contagio en la oficina, la vuelta a la rutina laboral después de semanas de confinamiento o el retorno a un espacio de trabajo que no es como el que dejaron puede provocar estados negativos como estrés, insomnio, depresión, ansiedad o frustración. No en vano, la OMS ya ha advertido sobre el incremento del malestar emocional de muchas personas como consecuencia directa del coronavirus.
En este contexto, desde Edificio Cuzco IV, como especialistas en el cuidado del talento de las personas, también velamos por su salud e integridad física, laboral y emocional. Por eso, tenemos el reto y la responsabilidad de acompañar psicológicamente a los trabajadores en su retorno presencial al edificio. Vamos a exponer de una serie de herramientas que nos ayudarán a afrontar psicológicamente esta vuelta al trabajo presencial en la nueva normalidad.
1. Creación de entornos de confianza en los que los trabajadores se sientan seguros. Las empresas tienen la obligación de garantizar la salud y seguridad tanto física como psicológica de sus trabajadores en su espacio de trabajo. En este sentido, puede ayudar enormemente la consecución de certificados que garanticen que la empresa cumple los protocolos de limpieza y desinfección para minimizar los riesgos del Covid-19, como es el caso de Edificio Cuzco IV.
2. Establecimiento de planes de conciliación flexibles: la vuelta al trabajo presencial tiene que ser progresiva y flexible, y tiene que garantizar la compatibilidad entre los requisitos profesionales y personales de los trabajadores. Es fundamental para la salud emocional de los trabajadores que sientan que su vuelta al trabajo presencial será escalonada y que pueden seguir haciendo uso del teletrabajo cuando lo necesiten (en especial si tienen que conciliar con su vida familiar).
3. Establecimiento de una comunicación constante y continua: la incertidumbre es uno de los mayores enemigos de la salud emocional y se combate muy fácilmente mediante una comunicación entre las empresas y los trabajadores. Si la comunicación es siempre importante en una empresa, en la nueva normalidad lo será todavía más. Una compañía no puede permitirse ser opaca con sus trabajadores y en todo momento deberá comunicar: los planes de retorno presencial de la empresa, los protocolos de seguridad implementados o las nuevas mecánicas de trabajo post-coronavirus.
4. Adecuación de cargas de trabajo: otro de los aspectos que más inciden en la salud emocional de los trabajadores son las cargas excesivas de trabajo, en especial si la plantilla de la empresa se ha reducido como consecuencia del coronavirus. Es muy importante que la vuelta presencial a la oficina venga acompañada con una evaluación y adecuación de estas cargas de trabajo para no generar situaciones de estrés en la plantilla.
5. Impulso de la formación: muchas situaciones de estrés e incertidumbre pueden ser consecuencia de falta de ciertas habilidades o conocimientos para trabajar en la nueva normalidad (nuevas herramientas, procesos, etc). Por eso, ahora más que nunca las empresas tienen que apostar por la formación de sus trabajadores. Una formación mediante conferencias, talleres o cursos que permitan a los trabajadores desarrollar todo su potencial en esta nueva normalidad.