Dinamarca es el país más feliz del mundo, según un informe anual que la ONU realiza cada año desde el 2012. Este término, tan de moda estos días, se refiere más allá de un estado de bienestar, a un secreto de la paz interior, una situación en la que te sientes cómodo, relajado, libre, y sobre todo, feliz.
El adjetivo de hygge es "hyggeligt", y es una palabra que ofreces como cumplido a tus anfitriones después de haber pasado una noche agradable en su hogar. Hygge no es sólo un concepto de la clase media en Dinamarca. Va mucho más allá. Va desde observar el atardecer desde una bañera con agua caliente durante una tormenta de nieve en enero hasta disfrutar de una maravillosa puesta de sol en otoño. Pero no tiene que ser algo dramático.
Para los daneses, el hygge tiene que ver con compartir momentos de disfrute con otras personas, con sentirte en paz contigo mismo y liberar el estrés que produce en el día a día el trabajo y las obligaciones. En definitiva, es el sosiego, o lo que es lo mismo, esos momentos sin estrés en los que hacer pequeñas cosas que nos hagan felices, y se pueden disfrutar también solos.
¿Sólo en invierno?
El origen de este fenómeno se ha dado en Dinamarca, una ciudad en la que los inviernos son largos y fríos. Pero hygge no sólo tiene que ser un concepto relacionado con el invierno, aunque si tiene que ver con momentos en los que la gente pasa más tiempo en el interior, y esto significa que se pone mucha atención a las formas de entretenerse en el hogar.
La idea es relajarse y sentirse "en casa" tanto como sea posible, olvidándose de las preocupaciones de la vida. Son lugares con espacios íntimos, cuya decoración carece de uniformidad y la atención está concentrada en los rincones reconfortantes. Hygge tiene que ver con ser bueno contigo mismo: consentirte, pasar un rato agradable, no castigarte o negarte nada.
Estos son algunos consejos para importarlo a nuestra vida:
- Busca el momento. El concepto consiste en dedicar un tiempo diario para hacer lo que nos hace sentir bien con la gente que queremos o con nosotros mismos. Emplear el tiempo de una manera eficaz, para trabajar y hacer todas las tareas diarias. Pero además de eso, se trata de encontrar tiempo para cuidarse y relajarse al margen de las obligaciones.
- Abre tu casa. El hygge se puede producir en cualquier sitio. Una barbacoa al aire libre en verano, un paseo por un parque, un aperitivo, una cena en un restaurante pueden ser hyggelig. También una mañana en tu oficina.
- Crea un ambiente propicio. Cuidar la iluminación, que sea acogedora. Poner buena música de fondo. Una chimenea, velas son imprescindibles. Unas flores frescas sobre una mesa de madera, un mantel bien colocado. Se trata de cuidar las pequeñas cosas para que sentirse cómodo.
- Evita todo lo que rompa ese estado de relax. Nada de hablar de política o de temas que puedan provocar crispación. Esto va de estar en armonía, de tener un momento agradable en paz, así que queda prohibido pensar en el trabajo, en los problemas, en el estrés diario y las prisas. La televisión, el iPad y el teléfono también impiden esas conexiones sociales que son hygge.
- Funciona mejor en petit comité. Depende del tamaño de tu casa y de ti mismo, pero según nos cuentan se consigue mejor en pequeños núcleos. Y tiene sentido, porque así es más sencillo mantener una conversación y no varias reuniones paralelas.
- Piensa en el menú. En otoño e invierno los daneses no conciben una velada sin una bebida caliente. Cocinar en compañía es también muy común. Pueden reunirse con familia o amigos y hacerse unas albóndigas con una receta tradicional u hornear un pastel. Les gusta mucho también el grød, una especie de papilla o gachas que les recuerda a su infancia, porque el hygge tiene también mucho de nostalgia. Pero hygge puede ser también comprar unos quesos ricos y un buen vino y tomárselo a la luz de las velas.
- Ten presente a tus antepasados. Hay quien dice que lo hygge tiene que ver con hacer cosas que reconocerían tus ancestros. Los daneses que hemos consultado están de acuerdo en que está muy relacionado con las tradiciones y con actividades u objetos que tienen un valor sentimental. Tomar el té en una vajilla de tu abuela es muy hygge.
- Ponte cómodo. Aunque el hygge tiene más que ver con disfrutar que con los actos y las cosas en concreto, hay elementos que ayudan. Las velas, que dan calor y luz cuando en Escandinavia domina la oscuridad y el frío. Quedarse en la cama el domingo bajo el edredón más rato de lo habitual, con un buen libro y un café. O acurrucarse en un sofá bajo una manta con una taza de té o chocolate caliente para ver una película.
- Haz cosas hyggelig. Es importante que sea algo que te guste y, generalmente, suele ser algo sencillo. Los juegos de mesa en familia o con amigos son muy hyggelig. Menos estar enganchado al móvil, porque de lo que se trata es de pasar tiempo de calidad.
- Huye de ambientes que no son hygge. El antónimo de este término es uhyggelig, pero esto tiene más que ver con una película de terror, con sangre, miedo, etc. A lo que se refieren los daneses es a todo lo que no invita a estar cómodo. La sillas de plástico, zonas en sombra y tubos fluorescentes no son hygge para nada.
- Exprésalo. En Dinamarca es una palabra que utilizan muy a menudo, que además de sustantivo es adjetivo, adverbio y verbo. Sirve para describir ese jersey cómodo que te acabas de poner, para decirle a tus hijos, "vamos a ver una peli y comer chuches" o "vamos a jugar al Trivial y pasar un rato hygge". Se usa con frecuencia para compartir con tus amigos lo bien que te encuentras con ellos en ese momento y para despedirte después de una cena que ha sido muy hyggelig.
- Sé consciente del deleite. Una comida y una larga sobremesa a la española con amigos podría muy bien ser hygge, pero lo que diferencia a los daneses es que son capaces de identificar y nombrar ese momento de bienestar. Saben que está sucediendo y lo están disfrutando, algo así como un mindfulness permanente al estilo nórdico.
En definitiva, quizás la única forma de entender realmente esta idea cultural tan escurridiza es visitar Dinamarca. Mientras que no podamos coger nuestro próximo avión, te esperamos en la siguiente conferencia de Espacio C4. Será de lo más ’hygge…Interessante’