O lo que es lo mismo: mejorar habilidades sociales, aumentar tu liderazgo, progresar en tu capacidad de decisión, y sobre todo, mejorar tu autoestima y no dejarte influir por los demás. Quizá radique ahí el secreto del éxito. Roberto García Carbonell estudió ciencias económicas y trabaja como asesor de empresas y contador fiscal del Tribunal de Cuentas en Salta. Sus propias vivencias han marcado el carácter de Carbonell: "Me quedé sin trabajo con seis hijos a los que mantener. Lo vendimos todo y nos vinimos a España”.
Y ahí la primera reflexión de Carbonell: Nunca es tarde para empezar de nuevo. Con más de 35 cursos en la maleta -desde cómo escribir de forma afectiva y efectiva hasta cómo dirigir una reunión-, Carbonell saborea ahora orgulloso su triunfo. “Me he esforzado tanto en mi vida por mejorar que enseñar a los demás a ser mejores me hace inmensamente feliz”.
Roberto García Carbonell, mentor de oradores, alerta del peligro de "las palabras vacías". Denuncia que hoy en día nos comunicamos peor y es un problema general que se agrava en las generaciones más jóvenes. “Hemos perdido aspectos emocionales y en algunos ámbitos, como el de la comunicación directa entre personas, el trabajo o las aulas se empieza a notar que estamos inmersos en un proceso de retroceso lamentable. Hay que cuidar mucho el habla para recuperarla como un instrumento espiritual de la comunicación”, explica Carbonell.
Hablar en público exige un conjunto de conocimientos, experiencias y prácticas necesarias en la formación del orador. Roberto García Carbonell recomienda 10 hábitos para conseguir ser más influyente:
1. Habla despacio
La velocidad con la que hablamos transmite aquellas sensaciones que estamos experimentando. Comunicar rápidamente una idea hace que no sólo pierda su efecto persuasor, sino que además refleja ansiedad, timidez, e inseguridad. Haz pausas breves justo antes de comunicar la idea principal. Desacelera y relájate.
2. Usa variaciones en el tono de la voz
Las voces planas y monótonas sólo pueden producir una cosa: aburrimiento. Dale precisión a tus palabras separando algunas sílabas. Si además apuntas con tu dedo para dar énfasis le darás mayor contundencia a tu mensaje. Los políticos son expertos en usar este recurso. El lenguaje corporal es esencial para transmitir seguridad.
3. Usa posturas abiertas
Extiende tus brazos cuando expongas una idea. Evita los clásicos errores como cruzar los brazos por mucho tiempo o dejar las manos en los bolsillos. Cuando te sientes apoya con soltura tus brazos y abre tu chaqueta.
4. Mantén el contacto visual
Si quieres ser un mejor oyente, un mejor orador y cultivar una presencia más convincente, puedes aprender a practicar un mejor contacto visual durante las conversaciones para así dar la impresión correcta. Asegúrate de sostener tu mirada, que sea profunda e impactante.
5. Antes de contestar una pregunta...
En la medida de lo posible no tardes demasiado para no demostrar que estás buscando con rigurosidad tus palabras (como quien busca la aprobación del otro). Evita usar el "ahh", "eeeeh", "esteeeem" y demás expresiones que denoten nerviosismo.
Aunque se trata en efecto de una ejecución inconsciente, procura mirar hacia arriba o hacia un lado antes responder, porque en general la gente interpreta esto como un indicador de timidez o falta de confianza en sí mismo.
6. No sonrías demasiado
Sonreír cuando te presentan una persona es perfecto para manifestar carisma y simpatía, pero en exceso puede ser contraproducente. La sonrisa desarma a tu oponente y le da a entender al otro que tú no eres una amenaza (lo que es ideal en espacios de negociación), pero en términos de liderazgo debe ser producto de un hecho que efectivamente la produzca, no un intento por agradar a los demás.
7. Erguido y relajado
Camina con la espalda derecha mientras estés de pie. Te ayudará a verte más saludable y ganarás unos cuantos centímetros porque la mayoría de las personas caminan encorvadas. Tanto a hombres como mujeres les favorece enviar los hombros hacia atrás porque les ayuda a realzar su pecho y a disimular la barriga.
No olvides relajarte, que tus hombros se descuelguen naturalmente, sin que tengas necesidad de ejercer presión sobre estos. Hacer ejercicio con regularidad te ayudará a fortalecer la parte dorsal para mantener derecha tu espalda sin que experimentes cansancio.
8. Evita los gestos faciales y corporales nerviosos
Rascarse la cabeza o la nariz y jugar con las manos o los dedos son tics producidos por situaciones de tensión o poco frecuentes. Un líder no le teme a la interacción con la otra persona, y además ejerce su influencia en completa calma.
9. Usa frases cortas
Un líder no sólo es fuente de conocimiento y experiencia, sino que además los transmite sin recurrir a frases y argumentos reforzados para deslumbrar al público. Sabe exactamente qué lenguaje debe utilizar (sencillo o técnico) y se preocupa por llegar a la mente del otro con claridad, no con soberbia. Ve directo al punto, tú no necesitas impresionar a los demás.
10. Cuida tu aspecto físico
Las personas influyentes cultivan la autenticidad. Para tener éxito y tener un verdadero impacto en la sociedad, no necesariamente debes ser original o creativo; debes ser auténtico.