10 ideas para una NeuroArquitectura  al servicio del talento en el diseño de oficinas

NeuroArquitectura: Edificios saludables y diseño de oficinas
Escrito el 16 Apr 2018 // Tags:
Por Lorenzo Barnó y Agnieszka Stepien de Stepienybarno

Desde hace un tiempo cada vez se oye más la palabra neurociencia. Parece que la ciencia se está poniendo las pilas en entender cómo funciona nuestro cerebro y las nuevas posibilidades, en este sentido, son más que significativas. A su vez, otras disciplinas como el marketing están muy atentas para llevar estos avances a su propio terreno de juego; de ahí, nace el neuromarketing. Y ¿qué pasa si miramos los edificios destinados al talento y la influencia que en ellos tiene la NeuroArquitectura? Sobre la relación que vemos entre arquitectura y neurociencia, va el post de hoy. ¿Nos acompañas?

Si os parece bien, vamos con 10 ideas que nos pueden aclarar qué es la NeuroArquitectura y cómo nos ayudará a tener mejores edificios en los que el talento y la creatividad se pongan en juego.

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Desde principios de este siglo,  existe la academia para el estudio de la neuroarquitectura. De hecho, incluso algunos colegios de arquitectos van mostrando interés en el tema, como el Colegio Oficial de Arquitectos de Catalunya (COAC), con su colaboración con la experta en biología del hábitat:  Elisabet Silvestre.

Así que, teniendo claro que la NeuroArquitectura no es una moda, vamos a ver diez ideas que nos parecen relevantes para entender mejor el concepto.

1.  La auténtica arquitectura, ¿qué es arquitectura y qué no?

A los arquitectos nos parece que determinada arquitectura es adecuada y otra no lo es (o ni siquiera se puede llamar arquitectura), sin tener demasiado rigor para afirmarlo. Para ello, los razonamientos que usamos, cuando los hay, son muchas veces más intuitivos que, realmente, lógicos. Hay ocasiones en los que la arquitectura casi se huele y con un simple vistazo ya vemos si hay un cuidado arquitectónico o es un ladrillo encima de otro.

Así, si lo pensamos bien, estos argumentos que usamos para defender que la arquitectura está presente, no dejan de ser un tanto arbitrarios y, en consecuencia, poco demostrables. En general, suelen ser  reflexiones ligadas  a conceptos, como el espacio y la luz, o a referencias de la propia arquitectura; lo cual, más allá de su acierto –el cual no negamos-, también tiene el hándicap de alejar de la propia conversación a quien no es experto en la materia.

2. Arquitectura y edificios saludables

Si la arquitectura fuera capaz de ayudar a mejorar la salud de sus habitantes, se podría incluso deducir un ahorro económico, a medio plazo, sustancial y directo para el estado. La razón no es otra que quienes disfruten de esta arquitectura, más cuidadosa y respetuosa, necesitarán pasar con menos frecuencia por el hospital, con todo lo que ello significa. Incluso existe un documento, llamado  Fitwel, que viene a ser  un cuestionario que aborda la salubridad del espacio de trabajo.

3. Tercera edad: Viviendas adaptadas a sus necesidades

A su vez, en los edificios y viviendas para los más mayores, parece interesante mostrar un especial cuidado, a la hora de entender cómo viven y cómo los contratiempos propios de la edad, les pueden afectar. Una arquitectura al servicio de la usabilidad y la ergonomía es más necesaria que nunca. Siendo más conscientes de ello, podremos conseguir que la arquitectura responda mejor a sus necesidades, que es de lo que, en última instancia, se trata.

En este sentido, la arquitecta especialista en Neurociencia, Anna Mombiedro apunta que, “(...) hay que tomar consciencia de que la esperanza de vida aumenta, pero en contraposición nuestros sentidos pierden sus capacidades, así que, desde la arquitectura, debemos plantearnos cómo proyectar espacios que complementen estas carencias sensitivas.” Y es que sin duda, este es uno de los temas claves de todo este “invento” de la Neurociencia aplicada a la arquitectura: ver cómo nos podemos sentir realmente en nuestros edificios. El arquitecto puede intuir lo que ocurrirá, pero no saberlo a ciencia cierta.

4. Diseño de oficinas y espacios habitables: Emoción y  razón

Los arquitectos diseñamos espacios pensando en cómo los usará la gente; pero, este “cómo” es muy relativo y, muchas veces, tiene más que ver con lo que nosotros pensamos que con la propia realidad. Nuevamente, tiramos mucho de la emoción; lo cual, en general, no es malo y además es inevitable; pero, en determinadas ocasiones, toma demasiado el mando en nuestras decisiones.  De esta forma, evitamos la búsqueda de una objetividad real y nos atrincheramos en nuestra subjetividad –sin plantearnos cuánto dista de una objetividad real-. De hecho, más allá de razón y emoción, lo que está claro es que miles de decisiones diarias las tomamos, por los dictados de nuestro subconsciente. Esto que le pasa a todo el mundo, es lo que nos pasa también a l@s arquitect@s a la hora de proyectar; pero que, en ese momento, nos cuesta darnos cuenta.

5.  Edificios saludables y oficinas con diseño de espacios confortables: La serotonina y oxitocina en la Arquitectura.

 La ciencia nos está contando que, cuando estamos en espacios en los que nos sentimos a gusto, segregamos más serotonina y oxitocina (las hormonas de la felicidad). Es más, incluso antes de llegar al deseado espacio, muchas veces, nuestro cerebro ya está disfrutando de la experiencia.

Nos viene a la cabeza el caso del complejo de laboratorios California del arquitecto Luis Kahn. Este proyecto surge como una apuesta por la capacidad de la arquitectura de fomentar la creatividad y la innovación. Se sabe que, durante mucho tiempo, Jonas Salk, estaba buscando un remedio para la polio y no lo encontraba desde sus laboratorios habituales. Sin embargo, durante un periodo de tiempo que pasó en Asís, las ideas fluyeron con facilidad.

Por ello, a su vuelta a casa, de la mano de uno de los arquitectos más importantes del siglo XX, Luis Kahn, se animó a construir una arquitectura que, realmente, diera cobijo adecuado al mundo de la investigación. A partir de ahí, nace uno de los proyectos arquitectónicos que más emoción levanta entre los arquitectos.

Salk Institute Luis Kahn

Foto por:  Naquib Hossain 

6.  NeuroArquitectura: la Neurociencia aplicada a la Arquitectura es igual a equilibrio y calma

 La neurociencia está estudiando cómo podemos estar más tranquilos y seguros en nuestros espacios arquitectónicos, sobre todo, en edificios públicos (gracias a una buena y clara  circulación).  Esto incluye el buen uso de la señalética, una cuestión que cuando te encuentras, por ejemplo, a punto de subir a un avión es de crucial importancia. En este tipo de situaciones nuestro cerebro va a mil por hora y estamos, muchas veces, bajo momentos de estrés, por lo que cualquier ayuda será bienvenida para que todo salga bien y la arquitectura, en este sentido, puede jugar un papel importante. Llegado este punto, parece fácil esperar que la ciencia nos ayude y nos diga, cómo es la mejor forma de que nuestros cerebros, cuando nos encontramos en estos entornos, funcionen de la mejor manera.

7. Diseño de edificios:  La importancia de la fachada

Conviene citar que algunos arquitectos se han venido arriba intentando ver la relación de los elementos arquitectónicos y nuestro cerebro y han hecho metafóricas fachadas de sus edificios. Normalmente estas fachadas funcionan de dentro a fuera; teniendo mucho peso la mirada urbana del edificio. Otra forma de enfocar el tema es mirar más hacia el interior y pensar en cómo esa fachada afecta a los usuarios del propio edificio. Un ejemplo de ello es el centro de estudios del cerebro Edmond y Lily Safra, que ha diseñado Norman Foster. Como se puede ver en la imagen, la propia envolvente quiere recrear una suerte de conexiones neuronales. 

Norman Foster Building

Foto por: Fred Romero 

8. Diseño de oficinas y viviendas: La altura de los techos importa

Según el  profesor de marketing, John Meyers-Levy, y un estudio científico que realizó en de la Universidad de Minnesota, la altura del techo de las habitaciones tiene una influencia clara en nuestro cerebro. Así, se pudo comprobar que quienes estaban en las salas con techos altos obtenían resultados más creativos. Sin embargo, los que estaban en las salas con los techos más bajitos daban soluciones más específicas. Por ello, si queremos espacios y oficinas en los que reine la creatividad, parece interesante que la altura de los techos pueda tener una dimensión considerable.

9. Cómo distribuir las ventanas en un edificio y cuál debe ser el tamaña de las ventanas para mejorar la productividad en el trabajo

Dar clase en espacios amplios con grandes ventanales que dejen pasar una adecuada luz natural, favorece la concentración. En este tipo de espacios, puede reinar la calma y podemos sacar lo mejor de nosotr@s mism@s. Es evidente que si se hace un proyecto de arquitectura para el taller de un artista, su necesidad creativa, nos va a llevar inmediatamente a pensar en un espacio con una escala y un tono, muy diferente que si vamos a proyectar otros tipos de uso.  La altura del techo y el buen manejo de la luz serán fundamentales en cada caso.

10. Arquitectura e intuición: Qué aporta la Neuro-Arquitectura

 Lo que nos aporta la NeuroArquitecura es algo así como corroborar los caminos trazados, pero, también es cierto que, la arquitectura responde a una complejidad tan grande que, difícilmente, se podrá medir con criterios objetivos (por mucho que la ciencia se empeñe en querer todo bien mesurado y demostrado).

Seguramente, más allá de que nos apoyemos en la neuroarquitectura o no, siempre vamos a necesitar un amplio margen de maniobra para actuar como arquitectos, incluso por encima de la propia razón.

Así, podemos optar por pensar que estos conceptos son memeces y que, si la buena arquitectura lo es de verdad, ya los tiene en cuenta sin falta de tanta cháchara, o podemos pensar que la neuroarquitectura, realmente, aporta un plus a lo que siempre hemos llamado arquitectura.

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Con todo ello, aunque a día de hoy esté todavía un poco verde el tema, en un futuro inmediato puede abrir nuevas vías de trabajo para crear mejores espacios arquitectónicos, sobre todo, enfocados a la creatividad y el talento.  Sin ir más lejos, no parece complicado llevar el mundo de la neuroarquitectura a otro también bastante emergente como es el de realidad aumentada (ver aquí). Desde ahí, se puede estudiar y analizar nuestro cerebro y llegar a terrenos todavía vírgenes.

La idea de este post era tan sólo poder pensar en voz alta con tod@s vosotr@s sobre este tema que, en nuestra opinión, es más importante de lo que puede parecer.

¡Ahora os toca a vosotros contarnos cómo lo veis!

Lorenzo Barnó y Agnieszka Stepien