Por Ximo Salas
Ya nadie se cuestiona la importancia que tiene para las empresas la “experiencia del cliente” (CX en sus iniciales en inglés) y su influencia en la fidelización o recomendación de un producto o servicio. Aunque hasta 2004 no había una forma sistemática de medir esa experiencia.
Todos/as hemos experimentado, como clientes, ese proceso que va desde la toma de conciencia de un producto, hasta la decisión de comprarlo. Pasando por diferentes fases -racionales, físicas o emocionales-, que hacen que tengamos sentimientos positivos o negativos de esos momentos. Si son negativos: seguramente no repetiremos la experiencia, no compraremos más ese producto; si son positivos: volveremos.
El paralelismo de la Experiencia del Empleado
Ahora hablamos de un concepto paralelo, también hablamos de una experiencia, como las que vivimos cuando compramos algo online o visitamos una tienda. Se trata de las vivencias físicas, las emociones, los sentimientos, las frustraciones o las alegrías que tiene cualquier empleado en su empresa, cada día: la experiencia del empleado (EX en sus siglas en inglés).
Al igual que la CX se trata de algo duradero en el tiempo, no son acciones o vivencias puntuales, sino la acumulación de sensaciones a lo largo de un tiempo, que conforman la sensación positiva o negativa de esa vivencia.
La importancia de la experiencia del empleado
Si la primera tiene una gran importancia a la hora de fidelizar a nuestros clientes, la segunda tiene el mismo protagonismo si hablamos de tener equipos de trabajo motivados, plantillas más comprometidas y eficaces. En definitiva, empresas más productivas.
Sin olvidar que existe una relación directa entre una experiencia de empleado positiva y su contribución a crear una experiencia de cliente positiva. Empleados que viven experiencias positivas en su entorno de trabajo, trasladan en sus relaciones (internas y externas) sensaciones positivas. ¿Imaginas que además están en contacto directo con el cliente? ¡Bravo!
Donde apoyar la experiencia del empleado
Tenemos 4 puntos clave donde apoyar el desarrollo positivo de la experiencia del empleado en una empresa. Cada uno de ellos completará una parte de la percepción que tiene el empleado de la empresa, conformando así una sensación de desarrollo personal y profesional positiva.
No es un camino fácil. Las empresas deben tomar conciencia de que una experiencia positiva en el trabajo generará motivación e implicación directa por lo que se hace, de la misma manera que las marcas se esfuerzan por conseguir que nuestra experiencia de compra con ellas sea positiva e influya en la fidelización de los clientes. Sin duda un factor importante en el aumento de la productividad.