Siempre que hablamos de una pareja en la que hay una gran diferencia de edad decimos que “el amor no tiene barreras” y que la diferencia de edad no tiene por qué ser un problema.
Sin entrar en detalles, ocurre algo parecido en una empresa en la que hay diferentes generaciones trabajando juntas. Cuando el objetivo es el mismo y existen unas pautas de trabajo o bien algún tipo de metodología o procedimientos compartidos, la relación laboral entre distintas generaciones no es un problema.
Las diferencias de criterios metodológicos, el uso de una u otra tecnología y cualquier otra discrepancia entre miembros de un equipo de trabajo quedan resueltas si existen los procedimientos de trabajo adecuados. Se podrán discutir estos procedimientos para cambiarlos, pero mientras no se cambien, todos los empleados, y el jefe incluído, deben someterse a ellos.
Con las pautas claras ya sólo nos queda la clave a la que aludía en el título de este artículo: la comunicación. Para que los flujos de trabajo funcionen dentro de un equipo y entre equipos de una misma empresa, es fundamental que exista una buena comunicación. Una buena comunicación en el trabajo significa muchas cosas para un trabajador. Aunque según el tipo de empresa habrá que matizar, algunos de los significados de comunicación en la empresa son estos:
El ser humano es social por naturaleza, y no podemos eliminar esa faceta en el ámbito laboral porque estaríamos limitando a las personas en algo que nos es intrínseco. Procurar todo lo contrario, es decir, una buena comunicación entre los trabajadores, contribuye a la satisfacción en el trabajo de manera que se favorece la productividad y se mantiene alta la motivación por el desempeño de las funciones que a cada uno le tocan.
Con frecuencia me refiero a “trabajadores” y no a “empleados”. Es una tónica general cuando me expreso por dos motivos. Por un lado porque considero que el modelo de trabajo para una empresa no tiene por qué ser técnicamente el que definimos como “empleado”. Por otro porque “los jefes” también son trabajadores de la empresa, y no sólo no pueden quedar al margen de cualquier proceso dentro de la empresa, sino que deben ser los que lideren todos los procesos.
Este liderazgo de los jefes también debe reflejarse por tanto en lo que se refiere a la comunicación en la empresa. Por ejemplo, que un empleado no sepa lo que hace su jefe cuando se ausenta de la oficina puede generar incertidumbre, rechazo… Cuando entra un nuevo cliente en la empresa, el trabajador que va a dedicarle su tiempo debería enterarse mucho antes que justo en el momento anterior a empezar a trabajar para él, etc.
¡Ah!, y los jefes deberían conocer por su nombre de pila a todos los trabajadores a su cargo.
Por Ignacio de Miguel Ximénez de Embún
Consultor de Innovación @ignacioinventa
Socio Fundador de Loogic.com, y eventos Smart Money.
Experimentador en Basicast.com