Hace unos años era impensable poner en práctica el concepto desarrollado por Thomas J. Peters (1942 Baltimore, Maryland) en su obra “The Brand You 50”(1) editada en 1999: el desarrollo de nuestra propia marca personal, igual que las marcas comerciales, que nos permiten elaborar, transmitir y proteger nuestro desarrollo personal, para diferenciarnos de los demás y conseguir nuestros objetivos profesionales.
La marca personal plantea pasar de ser un empleado a transmitir distinción, compromiso y pasión con tu desarrollo profesional, saliendo del anonimato que ha marcado las relaciones laborales del siglo pasado, a generar un valor intangible que permanece y representa a la persona. El cambio que ha permitido el desarrollo de forma exponencial de esta teoría se centra en las nuevas herramientas de comunicación desarrolladas en Internet en los últimos años, sobre todo aquellas llamadas “redes sociales”.
Lo cierto es que no existen fórmulas maravillosas en el camino del desarrollo de una marca personal o huella digital; sí muchos ejemplos y cada uno de ellos con sus propias características que básicamente dependen de la persona y su profesión. No hay estrategias que te permitan desarrollar de forma rápida e infalible una marca personal. Lo que para unos es una pérdida de tiempo, para otros significa la consecución de su objetivo de visibilidad e independencia profesional muy rentable.
Desde el punto de vista de la búsqueda de empleo, el desarrollo de la marca personal representa un punto de partida que ofrece mucha más ventaja que cualquier estrategia basada solo en un currículum.
Sin embargo, leyendo las diferentes publicaciones sobre el concepto de marca personal y uniéndolo a los conceptos básicos de marketing necesarios para su desarrollo, encontramos 6 puntos que nos permitirán iniciar el camino y nos ayudan a pensar qué podemos hacer, al menos para empezar con buen pie.
No olvidemos que esto no es un trabajo a corto plazo y que una vez iniciado no tiene un final definido, siempre deberás estar pendiente de tu propia marca, como lo hacen las marcas comerciales.
Primer fundamento de todo lo que quieras hacer. Fundamento esencial para definir tus objetivos personales y profesionales. Hazte preguntas sobre:
¿En qué eres bueno? Lo cierto es que la mejor aproximación a este punto la tenemos si pensamos en… ¿Cómo puedes hacer feliz a los demás?
Tienes una formación que te ha llevado a un determinado desempeño, y/o una experiencia que has adquirido en el desarrollo de tu vida laboral. Ambas cosas, unidas al desarrollo de tus habilidades y competencias, han dejado delante de ti un mapa profesional que puede estar indicando las áreas donde puedes mostrar tu talento y ser útil en el mercado laboral. No cierres tu futuro a una sola opción, pero no abras en exceso tus posibilidades, debes ser bueno en algo, no en todo.
Debes definirte… Aquí no valen las dudas.
Ya tienes mucha información, tú y tu profesión, es el momento de llenarlo de contenido, con un doble propósito.
Pregúntate: ¿Qué puedes aportar? Responder esta pregunta nos aclarará las posibilidades que tenemos como profesionales para ofrecer al mercado, para diferenciarnos, siendo coherentes con un discurso que se apoyará en la persona y la profesión.
Para conseguir los contenidos, si no eres capaz de generarlos tú mismo en una primera fase, no te preocupes, aprende y comparte lo generado por las personas que sean referentes en tu campo.
Es posible que con el tiempo te sientas capaz de generar tus propios contenidos, esa será la señal de la evolución positiva de tu marca personal: La Seguridad.
Marca unos objetivos claros para conseguir con el desarrollo de tu marca personal. ¿En qué lugar estás ahora? ¿Dónde quieres llegar? Debes ser consciente de cuál es tu posición de partida, donde están las personas de referencia en tu profesión y por supuesto dónde quieres llegar.
Debes recorrer un camino, cuanto antes conozcas su trazado mejor. Buscar y luchar por tu posición será lo que poco a poco te dará confianza en ti mismo y en tus posibilidades. Posicionarte en las redes sociales, en Internet, puede ser de mucha ayuda, aunque no es la única opción.
No te centres solo en Internet, las relaciones personales son esenciales.
¿Cómo vas a conseguir tus objetivos? ¿Qué herramientas usarás y cómo? ¿Cuánto tiempo estás dispuesto a invertir? Construye una estrategia de comunicación, no olvides que ahora eres el protagonista y no debes dejar que otros comuniquen por ti.
No dudes que tu visibilidad depende del nivel de exposición que apliques en tu estrategia. Cuanto más visible seas más posibilidades tendrás de posicionarte y difundir tu contenido. Aquí puedes perder el tiempo alimentando tu ego y olvidando tus objetivos, no caigas en esa trampa, fija pequeñas tareas que te lleven a pequeños avances, sin querer convertirte en un “viral” que triunfa en las redes.
¿A quién te diriges? Es fundamental que no falles en el destinatario de tu mensaje, piensa que no eres el centro del mundo y que no todos pueden estar interesados en lo que propones. Dirigir tu mensaje a las personas apropiadas, no es cuestión de cantidad sino de calidad de los contactos.
Las redes sociales nos pueden ayudar, pero no olvides el mundo real: “El Networking”. Esta parte de tu estrategia te dará las claves del éxito, si consigues mantener una “conversación” interesante, generarás poco a poco un público que con el tiempo te acompañará y seguirá. Si te estás equivocando de público, verás cómo esto no ocurre.
Como hemos dicho al principio, nada te garantiza un futuro prometedor excepto dos cosas: esfuerzo y trabajo. Si estás dispuesto a invertir en ti ¿Por qué no empezar por los cimientos?