Por Ximo Salas
Startup o empresa emergente, compañías incipientes. Terminología que se usa en el mundo empresarial para referirse a empresas que buscan arrancar, emprender un nuevo negocio. Generalmente se refiere a ideas emergentes apoyadas en la tecnología y la innovación. Aunque no siempre es así.
Es necesario tener un cierto “espíritu emprendedor” para ponerse al frente de una idea, que además debe ser innovadora, rompedora. Capaz de atraer la atención de inversores que apuesten por ella y financien su crecimiento.
Sin embargo muchas personas no se sienten capaces de desarrollar esta faceta de “emprendedor” en su vida profesional, incluso algunas teorías apuntan a que las personas deben tener ciertas características para convertirse en un verdadero emprendedor. Como defiende Frank Knight (Economista. 7 de noviembre de 1885 - 15 de abril de 1972) y sus aportaciones a la teoría del emprendedor.
¿Tu idea de desarrollo profesional no pasa por crear una empresa?
Imagina por un momento que la “idea innovadora”, la que se debe poner en valor eres tú mismo: Tú eres el producto. ¿Quieres convertirte en una startup?
En su carta anual a empleados y accionistas de 2017, Jeff Bezos (Principal accionista de Amazon), habla de la “verdadera obsesión por el cliente”. Dice que nos podemos centrar en la tecnología, el modelo de negocio o el producto, pero que lo verdaderamente importante es el cliente.
¿Cómo puedo ser una startup?
Si unimos la reflexión de Jeff Bezos y las teorías de Frank Knight podríamos establecer 4 pasos para “desarrollar-te” como startup.
Buscar clientes. Ponemos la reflexión de Jeff Bezos en primer lugar. Parece como empezar la casa por el tejado, pero no. Lo importante es que tengas claro una cosa: ¿Cuántos clientes necesitas? Piensa… Solo necesitas un cliente, es así, solo necesitas una empresa que te ofrezca la oportunidad de trabajar con ellos.
No vamos a coleccionar ofertas laborales, nuestro objetivo es crecer, es una carrera de fondo. El profesor Knight habla de que un emprendedor debe ser alguien con energía indomable, gran optimismo, autoconfianza y mucha fe; a la vez que mostrar tenacidad y persistencia. Así que:
Eso sí, como toda buena startup debes tener bien claro cuáles son tus clientes, o tal vez puedas o debas trabajar en cualquier lugar… ¿Por qué no haces un listado de tus posibles clientes? ¿Dónde desarrollarías todo tu potencial? No hay duda ya a estas alturas, debes centrar tu estrategia de clientes, es decir, posibles empleadores.
Tener muy claras las cosas: A quién le interesa mi producto y por qué. Razonamiento que nos lleva de forma automática al siguiente punto.
Conocer el producto. El profesor Knight documenta los perfiles emprendedores como personas con un alto conocimiento de sí mismos y de su sector. Es complicado poner en marcha un negocio sin conocer nada sobre el mismo, tus posibilidades de éxito son muy reducidas.
Analiza casos de éxito en el mundo del emprendimiento y observarás que todos ellos tienen, como indica Knight, el denominador común del conocimiento del sector en el que están emprendiendo.
En tu startup parece que este punto sea obvio, ya que tú eres el producto. Pero nada más lejos de la realidad, muchos profesionales que inician su carrera o incluso aquellos que la han visto truncada en estos tiempos, no saben qué pueden hacer, hacia dónde orientar sus esfuerzos. Entendiendo esta frase como: “Hazlo bien o no merece la pena que lo intentes”.
Invertir los beneficios. El objetivo de una startup es conseguir un número suficiente de clientes para tener recursos que se puedan invertir y así conseguir más beneficios.
En tu caso es idéntico, tu startup requiere crecer y eso no es más que permanecer en un estado contínuo de aprendizaje. Crear tus propios entornos de formación para crecer profesionalmente y de forma independiente, sin que el lugar en el que estés trabajando condicione este factor.
Es seguro que necesitarás pasar por diferentes empleos para ir creciendo profesionalmente, al igual que una startup de futuro tiene que pasar diferentes rondas de financiación. Debes invertir parte de tu tiempo e ingresos en tu propio crecimiento.
Gestionar la incertidumbre. Knight habla de los emprendedores como personas inteligentes que asumen riesgos e incertidumbre, acompañados de creatividad e imaginación. Son agentes de cambio e innovación con la puesta en marcha de sus ideas.
Para poner en marcha nuestra propia startup deberemos ser capaces de movernos en los entornos actuales, que denominamos VUCA: Recuperando el termino definido en los años 90 del siglo pasado (Volátiles, inciertos (uncertainly), complejos y ambiguos).
La clave para moverse en estos entornos se encuentra en el desarrollo de las llamadas “soft skills” o habilidades blandas, que nos permitirán sumergirnos en entornos complejos, rápidos y volátiles. Mucho que ver con la digitalización de nuestro perfil profesional.
¿Te atreves a crear tu startup?