A principios de año y como es habitual por estas fechas, los inversores españoles escriben en su agenda las empresas con más futuro en las que apostar para ampliar negocio e incrementar beneficios. Todo esto, con un ecosistema emprendedor cada vez más asentado y tras un año marcado por el aterrizaje de nuevos fondos de inversión (como K-Fund y Nuclio Venture Builder) y por las exitosas ventas de algunas start ups patrias (entre ellas Privalia, comprada por Vente-Priveé por 500 millones de euros, o Ticketbis, adquirida por eBay por 149 millones).
Los datos apuntan a una sola dirección: Emprender es, en la actualidad y en España, la mejor opción para los menores de 30 años. Wallapop, Glovo, Cabify, Sourced, Waynabox… todas estas empresas fueron ideadas por emprendedores cerca de la treintena.
Las cifras también son claras. Nueve de cada 10 start up tienen pensado ampliar su equipo a corto plazo. Entre los sectores que más crecen están los desarrolladores de software, ventas y marketing se sitúan a la cabeza de una demanda en la que también se encuentran los perfiles relacionados con tecnología de la información y servicio al cliente.
Larga vida a la start up
Esta previsión, según el último estudio de London School of Economics and Political Science, hay una tendencia al alza en las contrataciones es uno de los síntomas de que las nuevas empresas nacen con vocación de permanencia.
Además, lo confirman datos como que un 9% tiene entre tres y cinco años de vida (el doble que hace un año y un 2% más que en Europa) y un 19% ya ha alcanzado un nivel de desarrollo growth, frente al 17% de 2016. También desciende el número de start up que han fallado, un 55%, un 7% menos que el año pasado, y la cifra de las que han sido vendidas pasa del 34% al 29%.
Ser tu propio jefe
El último estudio de Spain Startup-South Summit ha analizado 1.785 proyectos para llegar a unas conclusiones plasmadas en el Mapa del Emprendimiento 2017, que además ofrece otros datos interesantes que anticipan que las start up españolas han superado su mayoría de edad. Los genios de esta evolución positiva, en realidad, son los emprendedores.
Continúa analizando dicho estudio que los españoles que deciden ser su propio jefe son recurrentes, se profesionalizan y sus proyectos fallan menos, un 50% frente a un 54% desde una perspectiva global. Sólo un 1,5% de los emprendedores estaba en situación de desempleo antes de lanzar su negocio.
El perfil de emprendedor español
Antes de montar su empresa, el 57% de los emprendedores españoles ha trabajado por cuenta ajena. Otra prueba de esta madurez es que ocho de cada diez crean su start up para innovar tras detectar una oportunidad real de negocio.
No sorprende por lo tanto, que la mayoría de las iniciativas que participan en esta convocatoria de Startup Competition estén relacionadas con el fintech (o lo que es lo mismo, finanza y tecnología: empresas de servicios financieros que utilizan los últimos avances tecnológicos), la realidad aumentada, el arte y el diseño.
Luces y sombras en el emprendimiento
Pese a los datos positivos, lo cierto es que aún quedan algunos desafíos a los que se enfrenta el emprendedor. El primero de ellos es la financiación: un 57% recurre a recursos propios para montar su empresa, un 24% a amigos y familiares. Por lo que Queda un largo camino por delante en la profesionalización de los modelos de financiación en España: aumentan los partidarios de acudir a fondos privados (15%) o a fórmulas alternativas como el crowdfunding (2%).
Por otra parte, sólo un 14% de las start up ha conseguido un cierre positivo, una cifra similar a los proyectos que aspiran cerrar este año con una facturación entre 150.000 y 500.000 euros. Se concluyen de estos datos que las tasas de crecimiento para las start up en etapa temprana son muy elevadas, pero cuando alcanzan un cierto tamaño, sus tasas son más bajas, pero siguen siendo significativamente superiores a las empresas maduras y consolidadas.