Por Ximo Salas
En un currículo (plan de estudios), que se refiere al contenido ideológico, pedagógico, psicológico, etc, que establecen los objetivos de la educación escolar, todo está indicado o al menos así debe ser. Sin embrago Philip W. Jackson (en “Vida en la Clase” 1968) acuña el concepto de “currículo oculto”, Jackson pone frente al “currículo oficial” (aprendizajes establecidos en un programa oficial) un “currículo oculto” que se refiere a lo que aprenden los alumnos y los profesores como consecuencia de participar en las actividades rutinarias y formales de la escuela.
“He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos” Antoine de Saint-Exupéry. El Principito.
Así es, nos lo dice “El Principito” con sus sencillos pensamientos, en ocasiones las cosas más evidentes no están explícitas en un lugar determinado, no aparecen en un texto o guión; no son evidentes.
¿Puede ser lo esencial invisible en mi currículum vitae?
Si trasladamos a nuestro concepto de “currículum vitae” actual los estudios de Jackson en el entorno de la educación, nos encontramos con un paralelismo bastante aplicable. La mayoría de los currículum que confeccionamos se centran en ofrecer una imagen de lo estudiado, aprendido o trabajado, sin exponer para nada la interacción del propietario del currículum con el entorno en el momento que ocurrieron esas experiencias.
¿Existe un currículum vitae oculto?
¿Todo lo que somos/sabemos está explícito en nuestro currículum?
¿Sirve el currículum tal como lo planteamos ahora?
En muchas ocasiones nos encontramos con personas que hacen malabarismos para incluir infinidad de información en solo 2 páginas (ese parece ser un límite insuperable, una línea roja en nuestro currículum). En otras, observamos una simple y casi hoja vacía donde su propietario/a no es capaz de poner mucho más que una lista de cosas inconexas y sin sentido, separadas por interminables líneas en blanco para llegar a ocupar toda la plana. Son los dos extremos de currículum que tienen algo en común: solo muestran acontecimientos experiencias y aprendizajes vividos, pero nunca cómo fueron vividos, qué se aprendió durante su desarrollo.
Si analizamos los tres “hechos de la vida del aula” que identifica Jackson, en su libro “Life in Classrooms” pp.33-4, que influyen en el aprendizaje oculto que reciben alumnos y profesores en el sistema educativo:
“…la masificación, el elogio, el poder, que combinados dan un toque distintivo a la vida del aula, forman en conjunto un currículum oculto que cada alumno (y profesor) debe dominar si quiere que su vida en la escuela transcurra satisfactoriamente. Las demandas creadas por estos rasgos de la vida del aula pueden contrastarse con las demandas académicas (el currículum oficial) a las que tradicionalmente los educadores han prestado más atención.”
Existen infinidad de formatos de currículum vitae, tantos como personas los redactan, incluso para algunos tantos como a ofertas se presentan (últimamente aconsejado personalizar el CV). Pero en el fondo todos están tocando la misma partitura con diferente instrumento: datos personales, experiencia, formación, idiomas, conocimientos, habilidades, etc. ¿Algo más?
Y las empresas se rebanan los sesos para “adivinar” a quién poner en el montón del “SI”, a ese/a afortunado/a que será sorprendido con una llamada telefónica. Disponiendo para ello de la lectura de unos folios planos (dos dimensiones), donde el ínclito candidato habla de lo que hizo en el pasado y para nada nombra su futuro.
¿Cuál fue el verdadero aprendizaje de nuestro pasado? Analicemos los tres hechos nombrados por Jackson:
Masificación. Como el autor, nos podemos referir a los colectivos en los que nos vamos incorporando durante nuestra vida laboral o incluso antes en la universidad o el instituto/colegio. En esas agrupaciones de personas vamos aprendiendo habilidades sociales básicas, supervivencia, empatía, trabajo en equipo, paciencia, etc. ¿Dónde está esto en tu currículum?
Elogio. En nuestra vida académica y profesional nos están evaluando de forma continua, alguien a tu lado o sobre ti opina de tu persona siguiendo dimensiones más o menos objetivas, sociales y afectivas. De esta vivencia se puede extraer (como hace Jackson) la necesidad de fomentar el elogio o al menos evitar la crítica. Esto nos lleva a temas de conocimiento personal y relaciones interpersonales. ¿Lo indicas de alguna forma en tu currículum?
Poder. Nos movemos desde pequeños en un mundo de jerarquías, aprendemos así en el colegio la autoridad del maestro, y esto nos acompaña en nuestro recorrido vital de una u otra manera. La autoridad decide qué conductas son adecuadas o inadecuadas, reforzando la experiencia con el premio o el castigo. Nuestro comportamiento tiene salidas como el rechazo o la falta de cooperación. Hablamos de motivación, comunicación, participación, iniciativa, responsabilidad, honestidad o ejemplo. ¿Cómo lo ven en tu currículum?
Jackson argumenta que todos estos hechos llevan a vivencias que marcan de una u otra forma la conducta de las personas, ayudando a forjar cómo somos y qué estrategia seguiremos en el futuro. Podemos afirmar lo mismo de cómo se construye el perfil profesional de una persona –currículum-, de cómo será y qué estrategia tendrá para buscar trabajo.
Introduce en el currículum aquellos aspectos que has incorporado a tu perfil personal y profesional a lo largo de tu vida, sea esta más o menos amplia siempre arrastrarás una experiencia vital que marcará tu candidatura y que no se verá reflejada en una simple lista de logros académicos o laborales. Eso que tal vez te hace diferente o simplemente un/a buen/a candidato/a.
Pregúntate por lo que no se ve, por lo que no se lee… “lo esencial es invisible a los ojos”.
Construye tu currículum oculto, ¿te atreves?