Muchas veces tenemos este pensamiento cíclico cuando es primavera y vemos que el verano está aquí mismo. Nos entran las prisas, nos metemos en dietas de choque y queremos adelgazar para ayer. Este mes hablamos con Raquel Lucena nutricionista deportiva, quién nos invita a ver la nutrición saludable desde la calma como una forma de vida: “para adelgazar vale todo, para estar saludable no”.
Y es que llevar una alimentación saludable nos previene de padecer enfermedades, nos da la energía que necesitamos para afrontar nuestro día y nos permite disfrutar de los alimentos. “Un estilo de vida saludable no es ni aburrido, ni monótono, ni desde luego un sacrificio; es una decisión que tomamos cada día, que nos lleva a sentirnos con fuerza y energía para superar cada desafío, y no solo eso, si no para disfrutar del camino”.
Raquel, nos propone 7 pasos para cambiar nuestro estilo de vida y hacerlo más saludable ¿Te animas?:
1. Consumir los nutrientes y energía necesarios.
Ni más ni menos. “Nosotros consumimos comida, que está formada por nutrientes y energía”. Estos nutrientes se dividen en:
- Macronutrientes (nos aportan energía): hidratos de carbono, proteínas y grasas.
- Micronutrientes (no tienen energía): vitaminas y minerales (frutas y verduras) Es necesario su consumo para cumplir con sus requerimientos.
Tendremos que realizar una dieta equilibrada, donde aparezcan estos dos grupos de alimentos. De esta manera; mejoraremos la salud, mantendremos un consumo de energía adecuado para el rendimiento diario y llevaremos una dieta sana ydisfrutable.
2. Que la comida sea lo que dice ser.
Muchas veces, nuestro ritmo de vida nos impide pararnos un par de segundos para revisar las etiquetas. Deberemos detenernos en revisar que la comida sea lo que dice ser y, siempre que podamos, consumir alimentos frescos huyendo de los procesados.
3. Tener en casa una buena despensa.
Siempre debemos tener en casa:
- Frutas y hortalizas (frescas, congeladas o en conserva).
- Alimentos ricos en hidratos de carbono saludables: pan, pasta y arroz (mejor integral) y legumbres.
- Alimentos ricos en proteínas (huevos, carnes, pescados y lácteos)
4. Organizar y repartir los macronutrientes y micronutrientes.
Debemos repartir la ingesta de alimentos en, al menos, 3 o 4 comidas para tener un buen reparto de energía y nutrientes durante el día.
- Si mi gasto diario es bajo: cuidaré las raciones, pero sin descuidar mis necesidades.
- Si mi gasto diario aumenta: tendré en cuenta que necesitaré extra de energía y nutrientes para recuperarme.
5. Aumenta tu gasto energético. Realiza alguna actividad física.
Encuentra una actividad que disfrutes: “se necesitan más calorías para mantener el músculo que la grasa, por lo que si tenemos un buen tono muscular, nuestro metabolismo será más rápido”. La actividad física tiene múltiples beneficios: mejora la masa muscular y disminuye el porcentaje de grasa, reduce el estrés y la ansiedad, mejora el control hormonal y supone un factor de protección cardiovascular.
6. Descansa
Tenemos que buscar tener un sueño reparador que generará en nuestro organismo múltiples beneficios como la protección cardiovascular, la regeneración de tejidos y estructuras, la regulación del apetito o el aumento de la concentración.
7. Mantén una buena hidratación
Debemos de mantener un consumo de líquido de entre unos 8 y 10 vasos al día, bebiendo principalmente agua. Cuando estamos deshidratados, aumenta la sensación de hambre.
Además, tenemos que moderar el consumo de alcohol, no deja de ser un tóxico para nuestro organismo, que nos aporta calorías vacías (sin nutrientes) y es un factor de riesgo de multitud de enfermedades.
“No busques una dieta que terminar algún día, busca un estilo de vida que dure para siempre” termina diciéndonos Raquel Lucena, nutricionista deportiva.