El próximo 27 de octubre daremos la bienvenida al horario de invierno, un hecho que puede llegar a influir negativamente en el bienestar de las personas más sensibles y en la productividad de los trabajadores.
El cambio de hora es una realidad a la que deberemos seguir adaptándonos como mínimo hasta 2021. Durante la madrugada del sábado 26 de octubre al domingo 27 de octubre, los relojes se atrasarán una hora, de forma que a las 3:00 serán las 2:00 en la Península. Con esta variación horaria resurge el debate cada año sobre las consecuencias que acarrea en el entorno laboral, entre ellas la caída de la productividad. Esta tiene que ver con la sensación de cansancio que experimenta el trabajador, y con otras alteraciones que puede sufrir el organismo como la falta de concentración, insomnio, nerviosismo, aumento de irritabilidad, dolor de cabeza... unos efectos que pueden alargarse varios días. A continuación te exponemos las claves para combatir estos efectos y lograr que los trabajadores se adapten fácilmente sin que se vea afectada su productividad: